Cuando empiezas una relación sentimental, cuando sientes que
la otra persona verdaderamente te gusta, las mariposas en el estómago aparecen
los miedos a inseguridades frente al rechazo o a la posibilidad de meter la
pata. Enamorados nos sentimos fuertes y a la vez vulnerables, seguras de
nosotras mismas y a la vez dudosas de todo.
Estos son cinco errores a evitar cuando comienzas una
relación
1. No investigues en Internet o, si lo has hecho, que no se lo
digas. Internet es una fuente inagotable de información cuya búsqueda no deja
rastro y está siempre al alcance de nuestra mano. Muy tentador. Pero, por muy a
la orden del día que esté esto de buscar en Google el historial de cada persona
a la que conocemos, ¿no crees que pareces un poco obsesiva o incluso
desconfiada dejándolo saber que le has “investigado”?
2. No critiques lo que no te gusta, ni siquiera sabes si la
imagen que recibes es la real, la idealizada o la torpeza producto del
nerviosismo del momento. Además, ¡es demasiado pronto!
3. No hagas planes a largo plazo. En el primer mes de
relación todo se vive de manera muy intensa y es normal que surjan fuertes deseos
de “querer más y más”. Ahora bien, de sentirlo a confesárselo hay un paso
importante. Por mucho que te imagines una vida entera con él, con vida y
familia incluidas, entiende que decirlo en voz alta es una forma de compromiso
para la que aún no estáis preparados.
4. No le hables de tus ex parejas. Por mucho que alguna de
tus relaciones pasadas fuera especialmente significativa para ti, el inicio de
una nueva relación no es el momento idóneo para hablar de ella. Hablar de un ex
no ayuda a que él te conozca mejor, sólo contribuye a generar inseguridades,
miedos y absurdas comparaciones que pueden acabar por alejarle de ti.
5. Mantén la compostura y sé educada. No es ninguna
tontería, aunque lo parezca. Detalles como llegar tarde, pasarte con las copas,
hablar de forma grosera, ser excesivamente criticona o vestir de forma
exagerada pueden dar lugar a confusiones definitivas. Ten en cuenta que él aún
sabe muy poco de ti por lo que cada cosa nueva en la que se fija se convierte
en algo representativo de tu forma de ser. No hay un contexto en el que
enmarcar las “salidas de tono” por lo que es recomendable que las evites.
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