Nacer en verano o en invierno parece influir en que tengas
un temperamento más volátil e irritable o más contenido y recatado: el tiempo
determina el temperamento.
La temporada en la que se nace tiene una influencia duradera
en una serie de características, que van desde rasgos de personalidad,
tendencia a ciertas enfermedades y desempeño académico hasta, incluso,
probabilidad de fumar o suicidarse.
El temperamento es la influencia del tiempo o la marca que
el tiempo, con su gama de factores asociados, deja en una persona. Al parecer
existe una diferencia biopsicosocial en pasar ciertos meses y no otros dentro
del vientre materno y nacer en cierta temporada –con toda sus características
que, a su vez, influyen en el desarrollo.
VERANO: Los bebés que nacen en verano son más propensos a
sufrir repentinos cambios de ánimo e incluso ser más irritables a medida que van
creciendo. Las personas nacidas en verano entran, en algunos casos, en el signo
de Leo, ligado al fuego y a una personalidad más brusca e impulsiva. Los que
nacen en verano suelen ser más temperamentales y de humor cambiante.
OTOÑO: En el caso de las personas nacidas en otoño existe
una menor tendencia a la depresión, especialmente en comparación con las
personas nacidas en invierno.
INVIERNO: Las personas nacidas en invierno entran dentro del
ámbito de Capricornio, un signo que simboliza una mayor estabilidad, ligado a
la tierra. Quienes nacen en invierno son más amigables y amables a medida que
van creciendo. Los que nacen en invierno que suelen desarrollarse de una manera
más apacible.
PRIMAVERA: Los que nacen en primavera suelen tener un
temperamento excesivamente optimista.
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