La brujería, aunque tiene una base consistente en la forma
en que se practica y cambia con cada persona que lo practica.
Los practicantes de la brujería gitana tratan a este arte
como una religión y veneran más a sus ídolos.
Ellos adoran a sus propios dioses y diosas, como el Dios de
cuernos por la vida animal, la muerte y el sol y la Triple Diosa del pleno,
menguante y luna creciente y realizan sus propios rituales y tradiciones.
La Luna tiene una gran influencia y desempeña un papel
crucial en la brujería gitana y creen que la luna les ayuda a recuperar y
vitalizar sus niveles de energía y le
ayuda a conectarse mejor con la naturaleza.
El cambio y los ciclos estaciónales influyen también. La
brujería gitana está simbolizada por una rueda con ocho radios conocidas como
“Rueda del Año”, que representa los diversos festivales agrícolas, solares y
pastorales del año.
Consideran que la puesta de sol es como el inicio o el
comienzo de un día que sólo terminará en el ocaso del día siguiente.
Las diferentes fases lunares tienen sus distintas
influencias y los impactos sobre la magia que realizan.
Los hechizos gitanos pueden ser utilizados para
reunir a amantes separados o intensificar una relación y así sucesivamente.
Estos hechizos funcionan mediante el aprovechamiento de las
fuerzas extra sensoriales de la naturaleza.
Esta magia es puramente “blanca”. En la naturaleza y no hay
efectos nocivos o consecuencias para desconfiar.
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